La semana pasada se anunció que Eurovisión de 2018 se celebrará en Lisboa sin embargo, había otras cuatro opciones en Portugal para elegir. Braga, Gondomar, Guimarães y Santa Maria da Feira. ¿Qué aspectos se toman en cuenta al momento de elegir ciudad anfitriona de Eurovisión?
El trabajo para poder ser acoger la siguiente edición de Eurovisión, comienza en la Conferencia de Prensa de los ganadores, en ese momento, el Supervisor Ejecutivo del festival Jon Ola Sand, presenta un documento a los representantes de la emisora pública del país ganador, en el caso de este año: RTP de Portugal, en el mencionado documento, se establecen los primeros pasos para albergar la competencia del año entrante.
Los primeros pasos en el proceso largo y complicado es el nombramiento del equipo central y la selección de la Ciudad Anfitriona. “La elección de una ciudad anfitriona es una de las decisiones más importantes a tomar cuando se trata del Festival de Eurovisión”, dice Jon Ola Sand. “Todo tiene que ser escrutado, no es sólo hablar con la ciudad una o dos veces, es necesario sentarse y negociar hasta el más mínimo detalle”, añadió.
¿Cuáles son los requisitos básicos?
Una ciudad anfitriona de Eurovisión debe cumplir ciertos criterios, el lugar debe albergar a unos 10.000 espectadores y la ciudad debe estar a poca distancia de un aeropuerto internacional. La ubicación también debe tener suficiente alojamiento en hotel para al menos 2.000 delegados, periodistas acreditados y espectadores.
“Necesitas un buen aeropuerto internacional, un centro para transportar fácilmente a la gente dentro y fuera de la ciudad, y una ciudad que proporcione buena infraestructura, también un lugar adecuado para albergar a unos 10.000 espectadores”, explicó Jon Ola.
“También necesitas un centro de prensa para 1.500 periodistas y buenas instalaciones para los delegados, y también necesitas buenos hoteles en diferentes áreas de la ciudad y de diferentes categorías de precios”, agregó.
El desafío en el 2017 fue el hecho de que no había lugares preparados en ninguna de las ciudades candidatas. “Pasamos mucho tiempo en Ucrania y tuvimos buenas conversaciones con las tres ciudades preseleccionadas para encontrar la solución óptima”, dijo Jon Ola en una entrevista a finales del verano de 2016.
Contra viento y marea
A pesar de los desafíos para encontrar una ciudad anfitriona adecuada para Eurovisión, algunos lugares han acogido la competencia contra las probabilidades. La elección de Millstreet en 1993, una pequeña ciudad en el suroeste de Irlanda, con una población de sólo 1.500 personas, fue un esfuerzo ambicioso para la emisora irlandesa RTE.
Millstreet se jactaba de uno de los auditorios ecuestres más grandes del país, el Green Glens Arena. Cuando se anunció el lugar, el reportero de la BBC, Nicholas Witchell, bromeó que el concurso debía celebrarse en un “establo”, posteriormente se disculpó y se demostró que estaba equivocado después de que RTE realizara una producción muy hábil.
Un signo claro de la importancia que Irlanda asignó al acontecimiento era la aparición del Taoiseach irlandés Albert Reynolds, quien visitó la arena durante las renovaciones. “No se podía comprar el espacio para las pantallas de televisión de todo el mundo, en el pasado hemos encontramos que RTE hizo un magnífico trabajo para mostrar lo mejor de Irlanda”, dijo.
Millstreet se transformó en 1993 y recibió Festival de la Canción de Eurovisión, también vio mejoras en la infraestructura de la ciudad con la renovación de la estación de ferrocarril y las carreteras en los alrededores haciendo reparaciones importantes. “El ambiente en Millstreet era eléctrico”, dijo Fionnuala Sweeney, anfitriona de 1993, quien habló con Eurovision.tv el año pasado. “La semana que precedió a la transmisión del sábado por la noche fue un torbellino que involucró a los artistas, el equipo, la prensa y los fans, sin mencionar a la gente de Millstreet”, agregó.
Mientras que el Festival de la Canción de Eurovisión ha crecido enormemente desde entonces, el de 1993 sigue siendo una de las producciones más grandes de RTE fuera de Dublin.
Un desafío emocionante pero una gran oportunidad
Aunque albergar ESC es un desafío logístico y financiero, trae consigo grandes oportunidades. “Recibir el festival da grandes beneficios a la ciudad anfitriona, crea mucha atención en torno al nombre de la ciudad que se extiende por todo el mundo y da al país y a la ciudad, la posibilidad de mostrar lo que puede ofrecer a los turistas”, dijo Jon Ola Sand.
A lo largo del proceso de licitación de la ciudad anfitriona, la UER y la emisora anfitriona trabajan estrechamente y visitan cada una de las ciudades candidatas para, inspeccionar los lugares y evaluar el nivel de los hoteles y la infraestructura.
La semana pasada, la emisora anfitriona RTP anunció que el Concurso de la Canción de Eurovisión de 2018 se celebraría en Lisboa.
“La ciudad ha presentado una propuesta ejemplar, y esperamos trabajar juntos para hacer de la primera Eurovisión de Portugal la más emocionante todavía, felicitamos a RTP por sus evaluaciones profesionales y detalladas de todas las ofertas”, añadió Jon Ola.
¡Con sólo nueve meses hasta que empiecen los ensayos para la Eurovisión 2018, comienza la carrera contra el reloj!
Adaptación al castellano de nota en eurovision.tv